El grupo integrado por unos 15 autobuses y unos automóviles, demanda un alto a la violencia del crimen organizado y un cambio de estategia antidrogas del Gobierno, sustentada en el despliegue de 50.000 militares contra los carteles.
La caravana pasó la noche del domingo a ayer en San Luis Potosí, donde la vigilancia en torno a la procesión de vehículos se estrechó pues en esas carreteras han sido secuestrados emigrantes, y un agente de aduanas de Estados Unidos fue asesinado en febrero , en un ataque atribuido al cartel de los Zetas.
Ayer, la caravana tenía previsto llegar a Durango, donde desde abril se han sido localizados 226 cuerpos enterrados en fosas clandestinas en medio de zonas residenciales.