Manama. AFP. Miles de bahreiníes regresaron ayer a la Plaza de la Perla en Manama, centro de las manifestaciones contra el régimen, después de que los policías y los militares se retiraron al tiempo que los sindicatos llamaron a una huelga general indefinida a partir de hoy.
El príncipe heredero de Bahréin, Salman ben Hamad Al Jalifa, ordenó a la Policía mantenerse al margen de las concentraciones, cuando los manifestantes iban regresando a la Plaza de la Perla.
“Ordenamos a todas las fuerzas de seguridad que se retiren inmediatamente de las zonas de concentración como pedimos a las personas concentradas que abandonen el lugar para evitar cualquier choque”, dijo el heredero en un aparente gesto de conciliación.
Por su parte, la unión general de sindicatos de Bahréin llamó a huelga general ilimitada a partir de hoy para reclamar la libertad de manifestarse pacíficamente. Desde el principio de la protesta el lunes) han muerto seis manifestantes.
Ayer , cuando el Ejército y la Policía dejó de lanzar algunas bombas lacrimógenas, la gente finalmente entró a la plaza donde se levantaron tiendas de campaña.
Para muchos bahreiníes, la reapertura de la plaza se vivió como una primera batalla ganada a favor de la democratización del pequeño país, una de las monarquías más pobres del Golfo con reservas de crudo prácticamente agotadas.
El jueves una violenta intervención del Ejército al amanecer dejó cuatro muertos entre los manifestantes de la primera acampada, mientras otras 200 personas resultaron heridas.
La represión de la manifestaciones fueron condenadas por el presidente estadounidense, Barack Obama, quien conversó el viernes con Salman ben Hamad Al Jalifa.