El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, solicitó el viernes a Israel que extienda el congelamiento parcial que expira el 26 de setiembre al tiempo que reiteró que su administración permanecerá profundamente comprometida con las nuevas negociaciones.
Como signo de la participación al más alto nivel de Estados Unidos, la jefa de la diplomacia estadounidense, acompañada por el enviado para Oriente Medio George Mitchell, participará de conversaciones en el balneario egipcio de Charm el Cheij en el mar Rojo mañana, y en Jerusalén el miércoles.
Allí se reunirá con el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu y con el presidente palestino Mahmud Abas, a quienes recibió en Washington el 3 de setiembre para el lanzamiento de las primeras conversaciones directas de paz en 20 meses.
Los funcionarios israelíes indicaron que no extenderán el congelamiento porque sí, pero los palestinos advirtieron que ellos cortarían el diálogo incipiente si la construcción de nuevos asentamientos continúa en las tierras ocupadas.
Las nuevas conversaciones apoyadas por Estados Unidos buscan acordar en un año los temas claves como lo son la seguridad de Israel, las fronteras del Estado palestino, el futuro de los palestinos refugiados y el futuro de Jerusalén.
Mariana Ottaway, analista del Carnegie Endowment por International Peace, manifestó que las conversaciones cruciales no serán las que se desarrollarán esta semana que empezó, sino las que coincidan con el fin de la moratoria para los asentamientos.
En su conferencia de prensa, Obama sostuvo que su administración iba a impulsar y facilitar las negociaciones, pero aclaró que serían las partes involucradas las que decidirían al final su destino.
Negándose a aceptar un fracaso, Obama prometió: “Si éstas negociaciones se rompen, vamos a seguir intentándolo”.