Seúl. AFP. El presidente saliente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, se despidió ayer del G-20 de potencias industrializadas y emergentes en Seúl, con un llamado a que el bloque que ayudó a impulsar mejore la coordinación de políticas económicas entre los países ricos para evitar perjuicios a las naciones pobres.
“No existen más decisiones unilaterales en la economía mundial” ya que se deben considerar “las repercusiones en las otras economías”, dijo Lula a los otros líderes del G-20 en una reunión a puertas cerradas, según el audio de su alocución.
Tomar en cuenta. “Cualquier decisión que Argentina tome o que Brasil tome, tendrá efectos inmediatos en los países vecinos. Imaginen potencias económicas como la Unión Europea, EE. UU. o China, tomando posturas unilaterales, sin tomar en cuenta la repercusión en el resto del mundo”, advirtió Lula, quien participa en su última cumbre internacional.
Brasil ha criticado duramente lo que su ministro de Economía definió como una “guerra de divisas” en el mundo, producto de decisiones de política monetaria que han depreciado algunas de las principales monedas, como el dólar y el yuan chino.
En este sentido, Lula abogó nuevamente ayer en su mensaje a los líderes del G-20 por decisiones que permitan fortalecer los mercados internos de los países ricos para que consuman lo que los emergentes y pobres producen.