Washington/Kenner (DPA) La lucha contra la marea negra en el Golfo de México entró hoy en una fase decisiva después de que la petrolera británica BP comenzara la segunda operación para sumergir una segunda cúpula de acero que tapone la fuga de crudo en el fondo del mar, dijo un portavoz del equipo de trabajo.
El portavoz señaló que está previsto que a finales de semana la cúpula, de dos toneladas de peso, esté instalada sobre el principal foco de fuga a 1.500 metros de profundidad. "Es una operación muy compleja", afirmó. En el mejor de los casos, la instalación podría servir para conducir hasta el 85 por ciento del crudo a un barco en superficie.
sta es una de las pocas posibilidades que le quedan a BP de contener el derrame de crudo. Si fracasa esta operación, en el peor de los casos el petróleo podría seguir fluyendo en masa al mar hasta agosto, dijo el secretario del Interior de Estados Unidos, Ken Salazar, a la emisora CNN.
La plataforma de perforación "Deepwater Horizon" de la petrolera británica BP se hundió hace tres semanas tras una explosión, en la que murieron 11 personas. Desde entonces cada día fluyen al mar unas 700 toneladas de crudo.
Un primer intento de contener la fuga con una cúpula de acero de más de 100 toneladas fracasó.
Otra alternativa, que podría implementarse relativamente rápido, es, según los expertos, taponar el pozo con trozos de goma. Ambas medidas no fueron probadas nunca antes en condiciones similares a las actuales.
Por otra parte, en el marco de la búsqueda de las causas y los culpables del accidente, se celebraron hoy audiencias en el Congreso y en Kenner, en el estado de Luisiana, a las afueras de Nueva Orleans.
"Sigue habiendo muchas más preguntas que respuestas", dijo el congresista republicano Henry Waxman.
Ante todo el servicio regulador gubernamental Minerals Management Service (MMS) fue blanco de críticas por fracasar en la adecuada vigilancia de las operaciones de pozos de perforación submarinos a gran profundidad, durante el segundo día de una audiencia pública en Kenner.
El capitán Hung Nguyen de la guardia costera estadounidense, quien codirige la investigación junto con el MMS, apuntó que el gobierno no exigió a las petroleras que dispusiesen de un mecanismo clave en el fondo del océano que debería taponar una fuga en un pozo petrolero en caso de emergencia.
Nguyen arremetió además contra la agencia MMS por no llevar a cabo pruebas independientes para determinar el equipamiento de seguridad, como el llamado "Blowout Preventer", que debe garantizar que no fluya petróleo al mar en el caso del hundimiento de una plataforma, en lugar de dejar en manos de las propias petroleras la realización de pruebas regulares y comprobación de sus resultados.
El MMS otorgó permisos de explotación petrolera sin realizar las evaluaciones adecuadas de seguridad y ambientales.
En los años pasados, este organismo fue acusado cada vez con mayor frecuencia de tener una postura no crítica frente a la industria petrolera y hasta de sobornos.
El presidente de BP America, Lamar McKay, dijo que el "Blowout Preventer" era la medida de seguridad más importante.
"Nunca me dijeron que debíamos analizar esto", señaló el martes un funcionario de MMS en el primer día de audiencias en Kenner. Salazar anunció una reforma masiva del organismo y un aumento de la cantidad de inspectores de seguridad de 60 a 300.
La investigación abierta, que durará semanas, fue impulsada por el presidente estadounidense Barack Obama a fin de esclarecer qué provocó la explosión del 20 de abril y recomendar la implementación de reformas en las normativas de seguridad del gobierno.
Obama respaldó hoy formalmente la iniciativa del Congreso de incrementar la carga a las compañías petroleras en cuanto a los gastos y daños tras un derrame de petróleo.
La propuesta podría afectar retroactivamente a BP, indicaron funcionarios de la Casa Blanca. El hundimiento de la plataforma "Deepwater Horizon" y la fuga de crudo amenaza con convertirse en "un desastre ambiental masivo y potencialmente sin precedentes", indicó Carol Browner, asistente en temas energéticos y de cambio climático de Obama.
Los funcionarios se negaron a precisar si la Casa Blanca apoyaría aumentar la responsabilidad por daños a 10.000 millones de dólares, como fue propuesto en el Congreso.
Actualmente, la ley exige a BP pagar los costos de la limpieza, pero limita su carga por otros costos, como los ambientales, a 75 millones de dólares.
Además de los esfuerzos en la fuente de donde surge el petróleo se sigue trabajando contrarreloj en la superficie del mar, para reducir el tamaño de la mancha de crudo y evitar que llegue a las 14 regiones costeras en riesgo en los estados de Mississippi, Florida, Luisiana y Alabama.
Más de 460 barcos están ocupados en retirar el petróleo, informó la Guardia Costera de Estados Unidos. Además, se vertieron más de un millón de litros de sustancias químicas al mar, que deben convertir al crudo en un fluido menos dañino.
Asimismo, se siguen deplegando barreras flotantes, que deben ayudar a mantener la marea negra lejos de las costas.
Más de 13.000 personas, entre ellos muchos voluntarios, participan en las tareas de limpieza. También la agencia espacial estadounidense NASA participa en los trabajos en el Golfo con un avión de investigaciones que sobrevuela la zona y la toma de imágenes satelitales de la zona afectada.
Por otra parte, la Secretaría de Marina (Semar) de México informó que las costas del país podrían sufrir daño por el derrame de petróleo en el Golfo de México si éste se mantiene hasta octubre próximo.