En esa ciudad, capital de la provincia de Buenos Aires, la cifra de fallecidos era de 46 ayer en la tarde, y más de 2.500 personas permanecían evacuadas y distribuidas en 20 centros de emergencia.
El gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli, dijo que el número de muertos podría aumentar en La Plata, de 900.000 habitantes.
Además, seis personas fallecieron el martes en la ciudad de Buenos Aires y otras dos en su periferia, el mayor conglomerado urbano argentino, donde el fenómeno afectó a unas 350.000 personas y barrios enteros quedaron sin energía eléctrica y con sus casas inundadas.
El Gobierno argentino dispuso a partir de ayer tres días de duelo nacional por las víctimas.
La presidenta Cristina Kirchner visitó La Plata para informarse de la situación en barrios que estaban bajo el agua. “La mayor preocupación de la gente ahora es la seguridad en la noche”, dijo.
En La Plata cayeron 400 milímetros de agua en dos horas, una marca histórica, lo que causó que millares de quedaran aislados, sin luz ni teléfono.
Debido a la crítica situación, las autoridades resolvieron dar asueto administrativo y educativo en La Plata, una ciudad industrial y comercial con intensa vida estudiantil, con una universidad estatal a la que acuden numerosos alumnos de otros países latinoamericanos, entre ellos Costa Rica.
“Parecía un sunami. La calle era como un río. La gente que venía de Buenos Aires o iba en carro llegó a partes en que se tuvo que subir a los autos y esperar a que la rescataran”, relató a La Nación Lindsay Villalobos, estudiante costarricense de Veterinaria.
“Hoy no hemos tenido agua, luz ni Internet casi en todo día; las calles son un caos”, contó otro estudiante tico, Ricardo Céspedes.