Según los resultados definitivos, no menos del 77% de los 2.525 miembros del Comité Central decidieron enmendar la carta de constitución de la gran formación de la derecha israelí, el Likud, y permitir así que estas elecciones internas se lleven a cabo a finales del 2011 y no en mayo como está previsto.
Para imponer su punto de vista, el Primer Ministro logró obtener los dos tercios de los sufragios, lo que Netanyahu había calificado como “una misión casi imposible”.
“Es un éxito importante, que prueba que el Likud es un partido serio”, dijo Netanyahu.
Con esta victoria sobre un tema en apariencia “técnico”, Netanyahu evita, por el momento, una confrontación por el auge de la corriente ultranacionalista en el partido.
Esta corriente está representada por Moshé Feiglin y por los ministros y diputados “duros”, que sospechan que Netanyahu quiere hacer concesiones a los palestinos bajo la presión del presidente estadounidense, Barack Obama.
Netanyahu se ha implicado personalmente en esta votación, participando en los últimos días en media docena de mítines de los miembros del comité central del Likud.
“No podemos permitir que el jefe de nuestro partido de derecha transfiera sus sufragios a la izquierda”, dijo Freiglin.
Feiglin, colono religioso de 48 años y exactivista de ultraderecha, entró al Likud para infiltrarlo. Hace ocho años, consiguió ser elegido en el comité central con 200 de sus partidarios.