Pekín. EFE Pekín censuró una investigación sobre Li Wei, una concubina que amasó una fortuna supuestamente a cambio de favores sexuales a una quincena de altos cargos de la élite comunista que hoy se encuentran entre rejas.
“Nepotismo público, el sueño chino”, titula en su último número la revista económica Caijing con el rostro en portada de la ya conocida como la “Madame Butterfly” de China, y que ha desaparecido de la edición electrónica del quincenal por orden de la todopoderosa maquinaria de censura del régimen.
“Hemos tenido que suspender la publicación de ese artículo”, señaló uno de los redactores.
Esta refugiada vietnamita con sangre francesa, de 48 años, era el común denominador de unos 15 altos cargos del Partido Comunista condenados a muerte o cadena perpetua por casos de corrupción en los que se implicaron por ella.
A pesar de las campañas anticorrupción del régimen, el caso de Li Wei “aporta un atisbo sobre cómo se compra el poder entre bambalinas”, explicó David Bandurski, responsable del China Media Project de la Universidad de Hong Kong.
Entre las “víctimas” de Li figura el expresidente de la petrolera estatal Sinopec, Chen Tonghai, el exgobernador de Yunnan Li Jiating, sentenciado a muerte por corrupción en el 2003, o el teniente de alcalde de Pekín Liu Zhihua, responsable de preparar los Juegos Olímpicos y condenado por aceptar millones en sobornos.
Li se ha convertido en el paradigma de las nuevas concubinas o “er nai”, que ya no se conforman con lujos, un apartamento y un auto deportivo, sino con hacerse con activos en sectores clave de la segunda potencia económica.
Li Wei despierta admiración y respeto por encarnar el “sueño chino”: sus activos de $2.000 millones están repartidos en 20 empresas de sectores como tabaco, inmobiliarias, publicidad, petróleo y bolsa.
Li es descrita en el reportaje como una atractiva mujer y una “máquina carente de sentimientos”.
Su olfato para los negocios atrajo a su futuro marido, el responsable provincial de tabacos, por medio del cual conoció al gobernador Li Jiating, que convertido en su amante le dio en 1993 fondos y cuotas de exportación de tabaco. Divorciada y con inversiones en dos firmas, Li Wei mantuvo relaciones con Du Shicheng, secretario del Partido en Shandong, mediante el cual llegó a ser magnate provincial del ladrillo e inició en el 2002 sus inversiones en Pekín. Fue Du quien le presentó al entonces presidente de Sinopec, Chen Tonghai, quien la agasajó con millones de acciones de la petrolera estatal.