El procesado, apellidado Rui y ahora octogenario, permaneció 30 años fugado antes de ser detenido en julio pasado, acusado de haber estrangulado a un doctor en 1967, cuando formaba parte de una de las milicias civiles que en aquella época utilizaron todo tipo de métodos violentos para luchar contra los “contrarrevolucionarios”.
El juicio ha causado expectación en China, ya que la sentencia a la Banda de los Cuatro supuso una suerte de “ley de punto final” para los nunca contabilizados crímenes de la Revolución Cultural, y en foros de Internet y medios, incluidos algunos afines al régimen, se han producido llamamientos a revisar ese turbulento periodo.
Muchos internautas señalan que es un error juzgar a Rui y olvidarse de otros muchos crímenes de aquella época.
El líder chino, Mao Tse-tung, lanzó la Revolución Cultural en 1966, como medida de fuerza para eliminar a sus rivales en el seno del Partido Comunista y reforzar su poder ante las dudas sobre su estado de salud, dando comienzo a un caótico periodo de 10 años donde millones de personas fueron asesinadas, deportadas y otras recibieron humillaciones.
Tras su muerte, en 1976, el nuevo liderazgo comunista de Deng Xiaoping –quien había sufrido personalmente las “purgas” de la época– optó por procesar solo a unos cuantos líderes de la China de la década del 70, la Banda de los Cuatro, entre ellos la última esposa de Mao, Jiang Qing.