Saná. AFP. Los jóvenes manifestantes yemeníes mantuvieron ayer la presión para acabar con el régimen del presidente Alí Abdalá Saleh, hospitalizado en Riad, mientras el oficial estadounidense de más alto rango, Michael Mullen, advirtió que el “caos” hace a la red terrorista al-Qaeda “más peligrosa”.
De hecho, en un video difundido ayer en Internet, el número dos de al-Qaeda, Ayman Zawahiri, llamó a la yemeníes a continuar su revuelta para establecer “un régimen que aplique la sharia ”.
Miles de manifestantes se congregaron por la tarde delante de la residencia del vicepresidente Abd Rabbo Mansur Hadi en Saná para exigir un consejo presidencial transitorio, que tendría por misión abrir una nueva era posterior a Saleh en este país, escenario desde hace cinco meses de una revuelta sin precedentes.
Un grupo de jóvenes comenzó a instalar decenas de carpas delante de la residencia de Mansur Hadi para apoyar esta reivindicación, según un periodista de AFP.
Pero los soldados del general disidente Alí Mohsen al-Ahmar retiraron las carpas y abrieron nuevamente la calle a la circulación.
En una conferencia de prensa en la plaza del Cambio, donde acampan los opositores, un grupo de manifestantes reclamó que se forme sin más dilaciones ese consejo, con la misión de nombrar un gobierno de tecnócratas, enmendar la Constitución y supervisar la celebración de elecciones.
Salud de Saleh. En Riad, un responsable saudí indicó que Saleh, ingresado en un hospital militar tras haber resultado herido el viernes en un bombardeo del Palacio Presidencial en Saná, se halla en un “estado estable”.
Este responsable calificó de “infundadas” las informaciones de prensa sobre un deterioro del estado de salud del presidente yemení.
El jefe del Estado Mayor Conjunto de EE. UU., Michael Mullen, de visita en El Cairo, advirtió que al-Qaeda en la península arábiga (AQBA), basada en Yemen, es “increíblemente peligrosa” y que el caos actual en Yemen hace a la organización “aún más peligrosa”.
Signo de este caos, unos treinta cuerpos, según testigos, fueron retirados ayer de debajo de los escombros que dejaron los combates en los que se enfrentaron el Ejército y milicias tribales en Saná.