Manama (AFP). El joven de 16 años Husein al Jaziri murió en los enfrentamientos que vive Baréin, entre los pueblos chiitas y la dinastía suní. Además, varias personas resultaron heridas.
Las protestas se dan en el segundo aniversario de la revuelta reprimida por las autoridades en ese pequeño país del Golfo.
Baréin es una nación de mayoría chiita dirigida por una dinastía suní, lo que provocó el estallido de las protestas desde hace dos años.
Según testigos, cientos de manifestantes salieron a la calle en varias aldeas chiitas para protestar contra el gobierno, como respuesta a una convocatoria de huelga general y desobediencia civil lanzada por el “Colectivo del 14 de febrero”, un grupo clandestino que orquesta la movilización mediante las redes sociales.
Las fuerzas antidisturbios usaron gases lacrimógenos y dispararon perdigones contra los manifestantes, que lanzaban piedras y cócteles molotov.
La principal fuerza de oposición chiita, Al Wefaq, denunció en un comunicado, el uso excesivo de la fuerza por parte de las autoridades.
Al Wefaq reclama una monarquía constitucional, un gobierno elegido en las urnas y el final de la discriminación confesional.
Los últimos enfrentamientos tuvieron lugar pese a la celebración de una segunda sesión de diálogo nacional entre la oposición y el gobierno para intentar sacar al país del estancamiento político en que está sumido.