Protesters stage an anti-nuclear demonstration on the Children's Day national holiday, calling for a safer future for younger generations at a park in Tokyo on May 5, 2012. The last working reactor in Japan is to be switched off May 5, 2012, leaving the country without nuclear power just over a year after the world's worst atomic accident in a quarter of a century. AFP PHOTO / KAZUHIRO NOGI (KAZUHIRO NOGI)
Tokio. AFP. Japón apagó ayer su último reactor nuclear en servicio para iniciar operaciones de mantenimiento que durarán varios meses, dejando al país sin energía nuclear, un año después de la catástrofe de Fukushima.
Un portavoz de la compañía de electricidad Hokkaido Electric Power (Hepco), informó de que el reactor Tomari 3, situado en el norte de Japón (único de 50 reactores que seguía funcionando en el país) se detuvo a las 11 a.m. locales.
De esta forma, Japón permanecerá varios meses sin energía nuclear, que provee del 25% al 30% de la electricidad generada del país, la tercera economía mundial.
Críticas y riesgos. Coincidiendo con el cese de la generación de energía nuclear, otra vez se reactivó el debate sobre la necesidad de este tipo de energía, en medio de crecientes temores a apagones en cuanto llegue el calor con el verano.
Después del sismo y del sunami que provocó el 11 de marzo del 2011 un gravísimo accidente en la central nuclear de Fukushima, sumergida bajo una ola de 14 metros de alto, 11 reactores, de 37 que funcionaban en aquel momento en el país, fueron apagados rápidamente.
Con el paso del tiempo, todas las unidades del país se fueron paralizando para operaciones de mantenimiento, obligatorias por razones de seguridad luego de 13 meses de actividad ininterrumpida.
Sin embargo, ninguno de ellos fue encendido de nuevo por razones de seguridad. En todos hay que realizar pruebas de resistencia, sobre todo frente a catástrofes naturales y, además, las autoridades locales deben dar su visto bueno antes de la reactivación.
El Gobierno explicó que podría volver a encender dos reactores del oeste del país, pero subrayó que no haría ningún tipo de presión al respecto, pues la población sigue reticente a hacerlo tras el accidente de Fukushima, la peor catástrofe nuclear desde la de Chernóbil, en Ucrania , ocurrida en 1986.
Debido a esto, no hay aún ninguna agenda prevista sobre el uso futuro de la energía nuclear en Japón, pero el Gobierno desea proponer a la población en los próximos meses un nuevo plan energético general.
Sustitutos. Para poder garantizar la demanda sin energía nuclear en grandes urbes como Tokio, cuya área metropolitana tiene más de 30 millones de habitantes, las operadoras eléctricas han potenciado el uso de las plantas térmicas, lo que ha intensificado el gasto en la importación de crudo y gas licuado.
El aumento de esas importaciones afecta a la balanza comercial japonesa, que en enero de 2012 registró su mayor déficit en los últimos 33 años y amenaza con desestabilizar la economía del país, dependiente en cerca de un 40% de sus exportaciones.
No obstante, según cálculos del Gobierno, será necesario reabrir algunos de los reactores detenidos para poder garantizar el suministro eléctrico estable en las principales ciudades del país, que antes de la tragedia obtenía cerca del 30% de la energía nuclear.
A su vez, los ciudadanos tienen la responsabilidad de reducir su consumo para evitar apagones.
En este sentido, el gabinete del primer ministro, Yoshihiko Noda, escudado por ministros como el de Industria, Yukio Edano, luchan por obtener el respaldo para reabrir los reactores nucleares de la central de Oi, en la provincia de Fukui, los primeros en superar las pruebas de resistencia que acreditan, en teoría, su seguridad. Sin embargo, regiones y localidades próximas a la central de Oi se oponen tal proyecto.