Roma. AFP Guardacostas italianos y pescadores lograron salvar ayer a 500 refugiados que viajaban en un barco que encalló cerca de la isla de Lampedusa (sur de Italia), en una operación que uno de los socorristas calificó de “milagro”.
“Logramos rescatar a todos los pasajeros. Pensamos que no hubo víctimas”, dijo el portavoz Vittorio Alessandro.
Los refugiados se lanzaron al agua en la noche. Las imágenes de televisión mostraron escenas dramáticas de refugiados agarrados a cuerdas para acercar al herrumbroso barco pesquero hasta la orilla y algunos hombres que nadaban para ayudarlos.
El fuerte oleaje empujaba el barco contra las rocas, dijo el guardacostas Davide Miserendino.
“Había unas 500 personas en la embarcación. La situación era difícil. Nuestros barcos patrulleros no podían acercarse debido a la poca profundidad de las aguas y a que la resaca era muy fuerte”, dijo Antonio Morana, un portavoz de la guardia costera.
“Para ser honestos, cuando terminamos empezamos a llorar y a abrazarnos. Todos pensábamos en estos niños en el mar. Fue increíble. Fue un verdadero milagro que consiguiéramos salvarlos”, agregó.
Muchos refugiados, incluidos mujeres y niños estaban después envueltos en mantas térmicas en tierra, según estas fuentes.
Los habitantes locales les llevaron alimentos y ropa e incluso juguetes para el bebé de una mujer de Ghana.
La mayoría de las personas a bordo son migrantes subsaharianos y asiáticos que han vivido en Libia. Miles de refugiados han abandonado este país inmerso en una guerra civil y han llegado a las costas de Lampedusa, una isla de 20 km², es el punto más septentrional de Italia y por lo tanto más cercano al norte de África.
Según Alessandro, la embarcación se dirigía a Malta, escoltada por guardacostas malteses, pero fue desviada a Lampedusa.