Las 130 empresas italianas que el Instituto de Comercio Exterior (ICE) de Italia calcula que están presentes en Libia, temen por sus inversiones actuales, sus intereses comerciales y productivos.
Según datos del ICE, el centenar de compañías italianas con intereses en Libia dan trabajo allí a unas 600 personas y ahora muchos de estos empleados comienzan a ser repatriados ante la escalada de la violencia en las últimas horas lo cual supone una paralización de operaciones.
La italiana Eni es la mayor empresa extranjera que opera en Libia y lleva a Italia casi un tercio de la producción petrolera de la nación africana. Libia suministra el 23,3% del petróleo de Italia.
Libia es, además, la cuarta mayor fuente de gas para Italia, con el 10% de las importaciones, por detrás de Rusia, Irán y Azerbaiyán, zonas consideradas desde Roma poco estables que hacen de Libia una de las cartas más seguras, gracias también a su proximidad geográfica.
Precisamente estos dos sectores productivos son los que más preocupan a las autoridades italianas, cuyo gobierno, presidido por Silvio Berlusconi, convocó ayer una reunión extraordinaria para abordar la crisis de Libia.
Preocupan, sobre todo, las repercusiones para el grupo energético Eni que ayer suspendió del suministro de gas natural que, por año, asciende a 8.000 millones de metros cúbicos.