Conforme al anuncio de los dirigentes políticos, la mayoría de mediciones oficiales parciales registraba una participación mayor a otras legislativas, superando a veces el 60% en varias provincias.
Como en cada elección general, el cierre de los comicios fue aplazado en varias ocasiones para permitir que el mayor número de personas votase. Finalmente, las oficinas de voto se cerraron cinco horas después del horario previsto.
Si bien el resultado parece establecido de antemano, el Gobierno llamó a los 48 millones de electores iraníes a concurrir en masa a las urnas para marcar su apoyo al régimen, enfrentado a severas sanciones internacionales y a una amenaza militar de Israel, debido a su controvertido programa nuclear.
Irán, cuyo programa atómico ha sido condenado por seis resoluciones de la ONU, sufre desde hace dos años un embargo comercial, financiero y ahora petrolero de los países occidentales, que comienza a hacer mella en su economía.
A pesar de sus reiterados desmentidos, Occidente sospecha que Irán quiere dotarse del arma atómica, e Israel ha multiplicado en los últimos meses las amenazas de ataques militares contra las instalaciones nucleares iraníes.