Un monto total de 16.000 millones de dólares, de aquí a 2015, incluidos los compromisos actuales y las nuevas promesas, podría ser puesto sobre la mesa al final de esta reunión de un día, según el Japón, copresidente del evento.
El principal reto de la conferencia es, sin embargo, establecer el importe de la ayuda civil a Afganistán para el período posterior a la retirada de las tropas de la OTAN del país, a fines de 2014.
El presidente afgano, Hamid Karzai, pidió a los donantes no abandonar a su país y dar 4.000 millones de dólares en ayuda civil por año, además de los 4.100 millones de dólares ya prometidos en la conferencia en Chicago, que son sólo para gastos de seguridad.
No obstante, más de diez años después del derrocamiento del régimen talibán, muchas de las naciones occidentales presentes en Afganistán, a donde acudieron al llamado de Estados Unidos, evidencian un cierto cansancio frente a un conflicto empantanado y a un gobierno afgano acusado de corrupción endémica.