Monseñor Hugo Barrantes, arzobispo de San José, brindó ayer un mensaje contra el que es casi imposible oponerse: pidió más atención a la generación de empleo de calidad para los jóvenes.
De paso, su homilía en la misa en honor a San José Obrero y al Día Internacional de los Trabajadores fue un ejercicio de mesura.
Barrantes evitó críticas directas al Gobierno o el tratamiento de temas poblados de espinas como la inseguridad, el plan fiscal, el liderazgo político, fertilización in vitro o la homologación de derechos para parejas del mismo sexo.
Su mensaje se da en momentos en que el Estado costarricense y el Vaticano negocian un nuevo acuerdo que limitaría exenciones a los sacerdotes (podrían pagar impuesto de renta y regularizar su nexo con el Seguro Social ). Ese concordato tampoco fue mencionado.
Las negociaciones con el Vaticano también podrían derivar en una reforma constitucional que declare Estado laico a Costa Rica, uno con múltiples credos y donde la religión católica no sea la oficial.
Aun así, Barrantes nunca se apartó del sermón que leyó en la iglesia de La Merced, en San José, a partir de las 9:15 a. m., tras el inicio de la misa a las 8:55 a.m.
“Contemplamos con pesar cómo alrededor de 46.667 muchachos entre 15 y 24 años no asisten a ningún tipo de formación académica en el país, y casi 70.000 en el mismo rango de edad buscan empleo y no lo consiguen”, enfatizó el arzobispo, al citar las últimas cifras al respecto del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
Con la de ayer, el arzobispo rompió el ciclo de dos años sin oficiar la misa solemne del 1.° de mayo.
Asimismo, brillaron por su ausencia líderes sindicales y miembros del gabinete, que, en esta misma fecha, en años anteriores, acostumbraban ir a la ceremonia.
La excepción con su presencia fue la ministra de Trabajo, Sandra Piszk, cuya elegancia (cortesía de Calvin Klein) ocupó la primera hilera de bancas en la iglesia desde donde escuchó un único reclamo.
“Exhortamos a las autoridades gubernamentales, a los partidos políticos, al sector privado, a las universidades, a las distintas instancias que representan a los trabajadores y a la sociedad en general, a considerar como una prioridad el tema del trabajo de nuestros y nuestras jóvenes”, dijo Barrantes, quien espera respuesta del Vaticano a su carta de renuncia presentada al papa Benedicto XVI en abril del año pasado.
Barrantes (quien cumplirá 76 años este 21 de mayo) llamó a los sectores aludidos en la misa a implementar políticas sociales y laborales inclusivas para los jóvenes. Él teme que, a falta de opciones, miles de muchachos, “presas de la desesperanza y del vacío existencial, asuman comportamientos peligrosos, incursionen en crímenes o actos de violencia, o sean víctimas fáciles del narconegocio”.