Luego de tres semanas de prohibida su habitual caminata dominical por la Quinta Avenida (oeste), las “Damas de Blanco” marcharon, flores en mano, para reclamar la libertad de sus esposos, sin ser insultadas o rodeadas por adeptos del Gobierno como las otras veces, gracias a la gestión del cardenal Jaime Ortega.
“Son gestos que van paulatinamente, pero esperamos que sigan avanzando. En estos momentos hay conversaciones, siempre planteamos las necesidades que tenemos para cumplir nuestra misión, en particular la situación de los presos”, dijo el sacerdote Emilio Aranguren, encargado de la Pastoral Penitenciaria de la Iglesia.
Ortega reveló que por iniciativa de la Iglesia, se reunió con altos niveles del Gobierno, que se comprometieron a no reprimir las caminatas y le pidieron comunicar a las mujeres que podían marchar sin pedir autorización, como les exigían desde hace tres semanas.
“Es un buen gesto, un modo novedoso de actuar”, dijo el cardenal Ortega.