“Conscientes de su responsabilidad moral y de la expectativa de la sociedad, los obispos y los superiores religiosos se comprometen a asegurar un reconocimiento de las víctimas y a adoptar medidas reparadoras de su sufrimiento”, manifestaron los obispos en un comunicado divulgado ayer.
Después de los Estados Unidos, Irlanda y Alemania, la Iglesia católica belga se ha visto manchada por un escándalo de pedofilia, que llevó al obispo de Brujas Roger Vangheluwe a dimitir tras reconocer que había abusado sexualmente de un sobrino menor entre 1973 y 1986.
En setiembre de 2010, una comisión publicó los testimonios de cerca de 500 personas quienes acusaban a eclesiásticos de haber abusado de ellos durante su juventud.
A fines de marzo pasado, una comisión parlamentaria belga, presidida por la diputada socialista Karine Lalieux, recomendó crear una “comisión de arbitraje”, a fin de indemnizar a las víctimas cuyos casos hayan prescrito.
La Iglesia, que hasta el momento no había reaccionado a la propuesta parlamentaria, se mostró favorable ayer a un procedimiento de “arbitraje para los hechos prescritos que ya no pueden ser tratados por los tribunales”.
El comunicado de los obispos coincidió con el anuncio de que 80 presuntas víctimas iban a presentar una querella contra el Vaticano ante la Justicia belga por “negligencia culpable”, con el objetivo de obtener indemnización.
Los abogados deben presentar los detalles de esa demanda el próximo miércoles en Gante, oeste de Bélgica.