Lima. AP Luego de perder la presidencia en la segunda ronda hace cinco años por ser considerado demasiado radical, Ollanta Humala se propuso cambiar su postura de militar y presentarse como un político moderado, suavizar su discurso ideológico y evitar alusiones a su afinidad con Hugo Chávez.
La estrategia del candidato nacionalista de izquierda parece estar rindiendo dividendos y lo tiene a la cabeza en la carrera para la presidencia en Perú.
En enero, Humala se ubicaba en cuarto lugar en las encuestas con entre 10 y 12% de intención de voto, con pocas posibilidades de llegar a la presidencia, pero a nueve días de las elecciones, está en el primer lugar de las preferencias con 21,4%, según la consultora Datum.
En una contienda que se perfila sumamente pareja, el economista liberal Pedro Pablo Kuczynski marcha segundo con 17,5%, y el otrora favorito, el expresidente Alejandro Toledo, tercero con 17,4%. En tanto, la hija del expresidente Alberto Fujimori, Keiko Fujimori, aparece en cuarto lugar con 16,4%. El margen de error es de más/menos 2,8%.
En 2006, cuando se postuló por primera vez, Humala ofrecía un cambio radical, despotricaba contra las empresas extranjeras, prometía defender los recursos naturales y se declaraba admirador del presidente venezolano Chávez.
El Humala del 2011 asegura que de llegar al Gobierno no desestabilizará la boyante economía peruana, que creció casi 9% en 2010, no revisará unilateralmente contratos firmados por el Estado y respetará y defenderá la libertad de prensa.
El ex teniente coronel del Ejército de 47 años ya no viste camiseta roja ni muestra un gesto adusto. Ahora sonríe, usa traje y corbata o una camiseta blanca.