Los proyectos son parte de la asistencia por $7.500 millones para convencer a los paquistaníes de que Washington centra su apoyo en la lucha contra los talibanes y al-Qaeda, pero también en la mejora del nivel de vida de la población.
Las iniciativas tienen como propósito reducir la animosidad antiestadounidense en el país y amplían el espacio de la cooperación de Pakistán con las acciones de Washington sobre la guerra en la vecina Afganistán.
“Estamos conscientes de que muchos paquistaníes tienen la percepción de que el compromiso de Estados Unidos con ellos comienza y termina en la seguridad”, expresó Clinton.
“No obstante, la seguridad constituye solo una pieza de esta sociedad vital. Compartimos con Pakistán la visión de un futuro en el que todas las personas tengan vidas seguras, saludables y productivas, que contribuyan con sus comunidades y aprovechen al máximo el potencial que Dios les haya dado”, señaló.
Clinton expresó que Estados Unidos concluirá dos proyectos de hidroeléctricas para el suministro de energía a más de 300.000 personas en zonas cercanas a la frontera afgana, restaurará o construirá tres instalaciones médicas en el centro y sur de Pakistán, y emprenderá un nuevo plan para mejorar el acceso al agua potable en el país.