La canciller de Alemania, Ángela Merkel, lo definió como un precursor de la cooperación internacional y destacó su papel en la creación del sistema monetario europeo, que sentó las bases de lo que después sería la unión monetaria.
También la Alianza Atlántica fue impulsada por Schmidt, que, antes de llegar a la Cancillería (1974-1982) había ocupado las carteras de Defensa, Economía y Finanzas en los gobiernos de Willy Brandt (1913-1992) .
Schmidt mantuvo la política de acercamiento a Europa del Este iniciada por Brandt pero, a la vez, promovió la firmeza frente al Pacto de Varsovia, pese a las reticencias de su propio Partido Socialdemócrata (SPD) .
Por ejemplo, Schmidt defendió la llamada doble decisión de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) de 1979, que implicaba instalar 108 misiles nucleares en territorio alemán si no avanzaban las negociaciones de desarme con Moscú.
Ante los reproches de algunos de sus correligionarios acerca de que no era un político visionario, Schmidt respondió en su momento con una frase que se volvió viral: “ Quien tenga visiones debe consultar a un médico”.
Su carácter pragmático, reflejado en aquella frase y en su convicción de que tener carisma no es suficiente para ser un buen político, le generó el respeto entre contrincantes políticos e interlocutores internacionales.