Ahora, el objetivo es regresar a un Gobierno civil que reemplace a la junta militar. La oferta es grande: hay 24 candidatos que aspiran a la presidencia.
A diferencia de otras oportunidades, las perspectivas de que se realice una elección democrática son esta vez buenas.
El jefe de la junta militar, Sekouba Konaté, dio los primeros pasos hacia el fin del gobierno militar con la formación de un gobierno de transición y estableció que ningún miembro de la junta se podrá postular para el cargo de presidente.
Sin embargo, existen riesgos.
Hasta ahora, la campaña electoral se desarrolló sin grandes incidentes. Varios cientos de observadores electorales, de la Unión Africana (UA) y la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (Ecowas), que excluyeron a Guinea después del último golpe militar en diciembre del 2008, vigilarán de cerca a los presidentes de las mesas electorales en el país de diez millones de habitantes.
Por primera vez, habrá una urna común para todos los votos y todos los candidatos. En el pasado, los electores debían introducir la boleta electoral solo en la urna del candidato seleccionado. Por lo tanto, no se podía hablar de voto secreto.
Pero, de cualquier manera, los habitantes de Guinea no tenían mucha elección.
El presidente Lansana Conte, fallecido en el 2008, había llegado al poder tras un golpe de Estado y lo mantuvo durante 24 años, hasta su muerte. Asimismo, el primer jefe de Estado de Guinea, Ahmed Sékou Touré, demostró durante sus 26 años en el poder que tenía poco interés en impulsar una democracia pluripartidista.