Beirut. AFP y EFE. Dos cohetes, disparados desde Beirut, cayeron ayer en un suburbio del sur de la capital, bastión del movimiento chiita Hezbolá, que combate junto a las tropas leales al régimen de Damasco, un signo de que la guerra en Siria se está extendiendo al Líbano.
Los cohetes cayeron en el suburbio sur de Beirut, en una concesionaria de autos y en una vivienda, y causaron cuatro heridos, según una fuente de seguridad libanesa, un incidente sin precedentes desde la guerra con Israel en el 2006.
Los combates callejeros entre los grupos rivales libaneses han sido relativamente frecuentes desde que en 1990 llegaron a su fin los 15 años de guerra civil en Líbano, aunque los ataques de artillería o con cohetes en los barrios de Beirut son inusuales.
Una fuente de seguridad dijo que el incidente probablemente está vinculado al conflicto sirio.
“Los autores de este ataque son terroristas y vándalos que no quieren la paz y la estabilidad para Líbano y los libaneses”, denunció el presidente libanés, Michel Sleiman, en un comunicado.
El ministro de Interior, Marwan Charbel, se dirigió inmediatamente al lugar del incidente y denunció “un acto de sabotaje que apunta a crear la discordia”.
El Ejército Libre Sirio (ELS) negó estar detrás de los ataques y, por el momento, nadie ha reivindicado la autoría del lanzamiento de dos proyectiles.
Aumenta tensión. El ataque se produjo un día después de un discurso del jefe del Hezbolá, Hasan Nasralá, en el que prometió a sus partidarios la victoria en Siria, donde el movimiento chiita combate junto a las fuerzas del régimen de Bashar al-Asad, en particular en Kuseir, ciudad siria, a pocos kilómetros de la frontera noreste de Líbano.
La batalla por dicho poblado sirio, puso de manifiesto el creciente cometido de Hezbolá en la guerra civil de Siria. La milicia, respaldada por Irán, y las tropas sirias lanzaron, la semana pasada, una ofensiva contra esa población. Tras morir decenas de combatientes de Hezbolá en Kuseir la última semana, enterrados con honores en el Líbano, el grupo miliciano no puede ocultar ya su participación.
Luego de los incidentes de ayer, dicho grupo dijo que continuarán con sus planes, a pesar de las intimidaciones.
Además, el jefe del Consejo Ejecutivo de Hezbolá, Hachem Safedin, exigió a las autoridades libanesas que identifiquen a los responsables del ataque.
Por su parte, en Trípoli, la principal ciudad del norte de Líbano, los combates entre partidarios y opositores al presidente sirio, Bashar al-Asad, continuaban.
En una semana 31 personas, entre ellas tres soldados, han muerto en enfrentamientos, según una fuente de la seguridad libanesa.
Líbano está profundamente dividido entre partidarios del régimen sirio, encabezados por el Hezbolá, y el bando hostil a Damasco, con el ex primer ministro sunita Saad Hariri al frente.