En tres cartas dirigidas al presidente Juan Manuel Santos y a los jefes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Rodrigo Londoño –alias Timochenko– y del Ejército de Liberación Nacional (ELN), Nicolás Rodríguez –alias Gabino–, la organización Colombianos y Colombianas por las Paz pidió adoptar de su parte la decisión encaminada a una tregua bilateral o cese del fuego, de la mayor extensión temporal posible, al menos por noventa (90) días, prorrogables.
De darse esa tregua, advirtió la organización dirigida por Córdoba, será el marco adecuado para dar inicio a aproximaciones orientadas a diálogos y acuerdos humanitarios.
En Brasil, donde cumple una visita oficial, el ministro de Defensa Juan Carlos Pinzón fue consultado por periodistas sobre la propuesta de cese de fuego. Dijo desconocer aún el texto de las cartas, pero respondió que el Estado colombiano seguiría en su combate a los grupos ilegales.
“Mientras haya grupos armados que atentan contra ciudadanos de Colombia, lo que van a encontrar es la determinación de la fuerza pública para actuar de manera decidida frente a ellos”, aseveró el ministro.
En la jornada, el vicepresidente Angelino Garzón dijo a la prensa que lo que el Gobierno esperaba de la guerrilla era la liberación de los secuestrados sin condiciones.
Ratificó, además, que cualquier decisión como un cese de fuego era de competencia del presidente (Santos) y quien por meses ha dicho que primero se necesitan actos concretos de los rebeldes antes de cualquier eventual negociación.
“Lo que esperamos de la guerrilla es que pongan en libertad a todos los secuestrados, sin ningún tipo de condición, que cesen la práctica del secuestro y el terrorismo, que sean capaces de abandonar la violencia. El presidente Santos ha sido reiterativo que hagan hechos de paz... no palabras de paz”, manifestó Garzón.
En la misiva dirigida a Timochenko, Colombianos por la Paz saludó el anuncio de diciembre de las FARC de liberar a seis de los 12 militares y policías en su poder desde hace más de una década, pero insistió en “nuestro pedido y clamor para que la totalidad de los cautivos en su poder sean puestos en libertad y retornados sanos y salvos a sus familias”.
También lamentó la muerte, el 26 de noviembre de 2011, de tres policías y un militar que estaban en poder del grupo guerrillero desde fines de los años 90.
En tanto, al jefe del ELN, le reconoció “su disposición en la búsqueda del diálogo para la solución política del conflicto social y armado que vive Colombia hace más de medio siglo”.