La NRA, que defiende la Segunda Enmienda de la Constitución de Estados Unidos sobre el derecho a portar armas, ha estado bajo presión para que tome posición tras la masacre de 20 niños y seis adultos en una escuela de Newtown, estado de Connecticut.
Eso sí, los dirigentes de la NRA no creen que tal hecho justifique aprobar una legislación más estricta sobre armas de fuego.
“La única forma de parar a un tipo malo con un arma es un tipo bueno con un arma”, defendió el vicepresidente de la NRA, Wayne LaPierre, en una rueda de prensa, en la primera reacción de la organización tras la tragedia.
En un comunicado muy combativo, cuya lectura fue brevemente interrumpida por dos manifestantes con carteles acusando al grupo de tener sus manos manchadas con sangre, la NRA evitó concesión alguna a las peticiones para controlar la venta de armas.
“Llamo hoy al Congreso a actuar inmediatamente para asignar todo lo necesario para que haya oficiales armados en cada una de las escuelas de este país”, dijo LaPierre, quien tampoco aceptó preguntas de los periodistas.
El vocero de la NRA aseguró que la organización está dispuesta a ayudar a entrenar a equipos para que defiendan las escuelas y trabajar con maestros y padres para mejorar la seguridad, y atacó a la prensa y a la clase política por satanizar a los propietarios de armas.
LaPierre también criticó las películas y los videojuegos en la conducta de los estadounidenses por su contenido violento.
El viernes pasado, 20 niños y seis adultos murieron acribillados en la escuela Sandy Hook (Newtown) por disparos de Adam Lanza, de 20 años, quien usó las armas de su madre, a quien mató mientras dormía, para perpetrar dicha matanza.