El primer ministro griego, Giorgos Papandreou, calificó la decisión de “necesidad nacional”.
“Nuestros socios harán lo necesario para (...) enviar a los mercados el mensaje de que la Unión Europea no juega y está protegiendo el euro”, declaró Papandreou desde la isla de Kastelorizo al anunciar la demanda de activación del plan.
Sin embargo, Alemania, reticente a este plan de ayuda desde el principio, puso rápidamente sus condiciones.
La canciller Ángela Merkel expresó que el mecanismo de ayuda ha de activarse únicamente si “la estabilidad del euro en su conjunto” se ve amenazada, y si Atenas presenta planes de ahorro “creíbles” en los próximos días.
El plan de ayuda consensuado por los 16 países de la Eurozona prevé conceder a Grecia préstamos bilaterales por valor de 30.000 millones de euros este año, a un interés del 5% aproximadamente. Alemania será el principal contribuyente, con unos 8.400 millones. Aparte, el FMI debe aportar otros 15.000 millones de euros.
Alemania teme que la ayuda a Grecia anime a otros países altamente endeudados a dejar crecer el agujero de sus finanzas públicas.
Así, el presidente del banco central alemán, Axel Weber, advirtió contra el “riesgo de contagio” de la crisis de la deuda griega a los países de la zona euro que “siguen teniendo un déficit público muy elevado”, como es el caso de Portugal, Irlanda o España.
Por el contrario, otros miembros de la Eurozona, como Francia y España, se felicitaron de la iniciativa griega. La Casa Blanca manifestó también que apoya la petición de ayuda de Atenas.
La Comisión europea aseguró también que “todo se hará rápidamente y de forma eficaz”.
Más tarde, en un comunicado común, la Comisión dijo junto con el Banco Central Europeo (BCE) y el Eurogrupo (que reúne a los 16 países de la Eurozona) haber “tomado nota” de la demanda de Atenas, e indicó que se tomará una decisión en función del programa de ajuste fiscal actualmente negociado con las autoridades griegas.
Grecia, cuya deuda pública subió en 2009 al 115,1% del PIB, debe rembolsar 30.000 millones de euros antes de fin de año a sus deudores.
La presión se incrementó fuertemente el jueves, cuando la oficina europea de estadísticas, Eurostat, revisó el déficit presupuestario griego de 2009 al alza, cifrándolo en el 13,6% del PIB.