Atenas. AFP. El primer ministro griego anunció ayer un acuerdo con los acreedores internacionales (UE, FMI y BCE) sobre las nuevas medidas de austeridad exigidas para garantizar la permanencia de Atenas en la zona euro.
“Hoy concluimos la negociación sobre las medidas (de rigor) y el presupuesto (2013)”, dijo Antonis Samarás en un comunicado.
“Hemos hecho todo lo que hemos podido (...) y logramos mejoras importantes en el último momento. Si se aprueba este acuerdo y se vota el presupuesto, Grecia permanecerá en la zona euro y saldrá de la crisis”, agregó.
El Gobierno griego tripartito debió adoptar un nuevo paquete de ajuste de 13.500 millones de euros para recibir 31.500 millones de euros, correspondientes al próximo tramo del rescate financiero acordado con la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Los ministros de Finanzas de la zona euro se reunirán el 12 de noviembre para examinar las medidas, aunque tal vez mantendrán una primera reunión sobre este asunto el 8 de noviembre.
Horas antes del anuncio de Samarás, los titulares alemán y francés, Wolfgang Schäuble y Pierre Moscovici, expresaron en Berlín su deseo de una “solución completa” en noviembre y su determinación de mantener a Grecia en el euro.
Mientras tanto, el tiempo apremia, ya que para cumplir con sus compromisos Grecia debe obtener antes del 16 de noviembre el tramo de 31.500 millones de euros, cuyo pago está pendiente desde junio, cuando se empezó a negociar las nuevas medidas de austeridad.
Esas medidas van a poner a prueba la cohesión del gabinete tripartito que gobierna Grecia, puesto que deben ser aprobadas en el Parlamento.
El primer test será hoy, cuando se votaría en el Parlamento de una ley sobre las privatizaciones, que prevé la reducción de la participación estatal en las empresas públicas privatizables.
Sobre el papel, el gobierno de coalición posee una cómoda mayoría de 176 diputados, en una cámara que cuenta un total de 300.
El peligro de que el país no apruebe esas medidas y no reciba la ayuda exterior y quiebre y salga del euro “debe descartarse”, según el primer ministro. “Esto depende de la responsabilidad de todos los partidos”, concluyó.