“Considero que las autoridades solo pueden tomar una decisión: anular los resultados de las elecciones y organizar nuevos comicios”, declaró Gorbachov.
“Cada día hay más rusos que no creen en la honestidad de los resultados anunciados”, agregó el expresidente de la desaparecida Unión Soviética.
“A mi parecer, ignorar la opinión pública desacredita a las autoridades y desestabiliza la situación”, añadió Gorbachov.
Rusia Unida, el partido de Putin, ganó las elecciones con casi 50% de los votos (15% menos con respecto a los comicios del 2007).
Según la oposición y los observadores extranjeros, las elecciones estuvieron marcadas por numerosas irregularidades.
Otro grupo, bautizado “Contra el partido de los estafadores y los ladrones”, fórmula que se ha hecho popular en el país para designar a Rusia Unida, llama por su parte a reunirse todos los días.
Varios dirigentes políticos se sumaron al llamado a manifestar, entre ellos el ex vice primer ministro y dirigente del partido Parnass, Boris Nemtsov; el jefe del partido Iabloko, Serguéi Mitrojin, y el exalcalde de Moscú Iuri Lujkov.
Las acusaciones de fraude llevaron a varios rusos, convocados sobre todo a través de Internet, a manifestarse en las dos principales ciudades del país, Moscú y San Petersburgo.
La protesta, de una amplitud sin precedentes desde hace años, llevó a la prensa rusa a evocar “el despertar de una nueva generación, que hasta ahora era apolítica”.
El martes, en el segundo día consecutivo de protestas, unas 800 personas fueron detenidas violentamente en las dos ciudades por la policía antidisturbios.
El diario
El lunes, miles de opositores (2.000 según la Policía, 10.000 según los organizadores) se congregaron en la capital rusa, donde fueron detenidas 300 personas.