Madrid. AFP. La negociación entre gobierno, sindicatos y empresarios españoles para reformar el mercado laboral fracasó ayer, lo que obligará al Ejecutivo socialista a adoptarla él solo esta otra medida impopular –tras aprobar el plan de austeridad– y a enfrentar una posible huelga general.
La última ronda de negociación terminó ayer al alba, tras más de 10 horas de negociación sin acuerdo entre el gobierno socialista, los principales sindicatos, Comisiones Obreras (CCOO) y Unión General de Trabajadores (UGT) y la asociación de empresarios CEOE.
“Hay un problema de enfoque” sobre “para qué debe servir la reforma”, admitió el secretario general de UGT, Cándido Méndez.
El presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, lamentó en la radio Onda Cero que los sindicatos “no quieran ver la realidad” y no apoyen una reforma por la que están “clamando” las instituciones internacionales.
La reforma, que demandan el Fondo Monetario Internacional (FMI), los empresarios y numerosos economistas, pretende fomentar el empleo en un momento en que en España está desocupada más del 20% de la población activa, el doble que en la eurozona y la tasa más alta de los países del euro.
“Queremos ir a un modelo donde la contratación indefinida sea la norma (...) frente a la contratación temporal”; “reducir (...) el coste del despido sin que los trabajadores pierdan derechos” y “hacer un cambio en la flexibilidad interna en la empresa (...) en lo que afecta a la jornada”, “condiciones de trabajo” y “regulación salarial y los convenios”, explicó el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero.
Además de crear empleo fijo y que las indemnizaciones por despido sean más baratas, se estudia adoptar la medida alemana de reducción de la jornada laboral y el sueldo en tiempos de crisis y el modelo austríaco de creación de un fondo por parte de las empresas del que saldrán las indemnizaciones, según varios medios españoles.