“Este ilícito debe investigarse y el Estado proteger a quienes puedan dar información”, dijo el magistrado Jaime Arrubla, presidente de la Corte Suprema de Justicia.
Los medios locales revelaron los testimonios de exdirectivos del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), sobre los métodos usados en el orquestado plan.
Pese a que detrás del ilícito estuvieron altos funcionarios, dos humildes mujeres encargadas de servir el café, y que participaron de la conspiración, fueron sancionadas.
María Lisandrina Torres y Blanca Yaneth Maldonado fueron contactadas por la exdetective del DAS Alba Luz Flórez, quien admitió idear un plan para espiar y obtener información de los magistrados.
Según la detective, en marzo del 2007 el jefe de la subdirección de fuentes humanas del DAS, William Romero, le ordenó infiltrar la Corte Suprema de Justicia y para ello convenció a ambas mujeres para que introdujeran grabadoras.
Por su confesión, Flórez recibió beneficios jurídicos y se convirtió en testigo en la investigación.
La Procuraduría General abrió esta semana una investigación preliminar contra exfuncionarios del DAS y miembros de la Policía colombiana. Mientras, la Fiscalía pacta el otorgamiento de beneficios con otros de los implicados.
Tal es el caso del capitán Fernando Tabares, exjefe de inteligencia del DAS, que colaborará con su confesión en el caso y, según dijo su abogado, Édgar Ruiz, presentará pruebas de que las órdenes de hacer los seguimientos llegaron directamente de la Casa de Nariño, la sede presidencial.
El exmandatario Uribe negócualquier responsabilidad en el caso. En el epílogo de su mandato, Uribe presentó un plan para reestructurar el servicio de inteligencia y lo anunció recientemente su sucesor, Juan Manuel Santos.