El magistrado español Baltasar Garzón sostuvo que los Gobiernos fomentan inseguridad entre los ciudadanos cuando definen políticas sobre el tema a espaldas de la gente. Por eso, llamó a los Estados a incluir más a las personas para fortalecer esta prioridad.
Para el jurista y asesor de la CortePenal Internacional de La Haya, hay soberbia estatal cuando las autoridades actúan en secreto por presumir que la gente “no comprende” sus decisiones.
Garzón ve las cosas así: “Los ciudadanos tienen que participar en el diseño de aquellos aspectos o normas que los afectan”.
Para el jurista, una de sus grandes preocupaciones reside en que algunos Gobiernos postulan la seguridad de los ciudadanos, pero siguen violando los derechos humanos más básicos.
El juez ofreció ayer una conferencia en el marco del XXIX Curso Interdisciplinario en Derechos Humanos que concluye el 19 de agosto en el Instituto Interamericano de Derechos Humanos.
Garzón cobró fama mundial por promover una orden de arresto contra el exdictador chileno Augusto Pinochet por la muerte y tortura de ciudadanos españoles en su mandato y por crímenes contra la humanidad.
“¿Qué papel juegan las víctimas en la lucha contra el crimen organizado?” preguntó ayer en la sede del Instituto, en Los Yoses, San Pedro, Montes de Oca.
“Normalmente, ningún gobierno, al diseñar una política de seguridad, toma en cuenta lo que la sociedad reclama”, respondió el juez a un auditorio que incluyó a altos funcionarios como el ministro de Seguridad, Mario Zamora, y al presidente de la Corte Suprema de Justicia, Luis Paulino Mora.
Eso sí, aclaró que tampoco cree que la solución pase por permitir a la gente definir a su gusto toda la agenda política del país.
“Si algo vemos en los países es que los ciudadanos están indignados, están hartos, porque quieren más presencia en las decisiones. Eso los vuelve también responsables y luego no podrán decir que no fueron consultados”, agregó..
Durante su exposición de casi una hora, Garzón se declaró alarmado por los niveles de violencia “gravísimos” que azotan a países como México y Colombia en el marco de la lucha contra el narcotráfico que, aseveró, ha impulsado a los grupos criminales a situar sus operaciones en el Istmo, en particular en Guatemala, Honduras y El Salvador.
Al respecto, consideró que están equivocados quienes creen que los ataques del crimen organizado solamente alcanzan a miembros de grupos rivales que pelean entre sí por cuotas de poder o zonas de influencia.
“Quien crea esto comete un grave error”, destacó.