Roma. AFP El llamado a la conversión de Europa al islam, lanzado por el líder libio Muamar Gadafi durante su visita a Roma, provocó malestar en medios católicos y en la derecha del primer ministro italiano Silvio Berlusconi.
El secretario de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, Robert Sarah, lamentó las declaraciones de Gadafi sobre el islam y las calificó de provocadoras e irrespetuosas hacia el Papa e Italia, país mayoritariamente católico.
“Las personas deciden solas si van a ser cristianas, musulmanas o de otra religión”, sostuvo Sarah al diario Repubblica.
Gadafi hizo esas declaraciones el domingo ante 500 mujeres seleccionadas por una agencia, y luego al recibir a otras 200, todas ellas pagadas para escuchar al líder libio.
El diario del Episcopado, Avvenire , calificó el acto como una “sesión de propaganda islámica”.
No obstante, salvo la oposición de izquierda que denunció un mercadeo económico entre Berlusconi y Gadafi, nadie criticó abiertamente la actitud comprensiva del Jefe de Gobierno italiano con su invitado. Hubo quienes subrayaron la utilidad del tratado de amistad bilateral entre Italia y Libia, cuyo segundo aniversario celebraron el lunes los dos líderes, para reforzar sus vínculos económicos.
Maurizio Lupi, vicepresidente de la Cámara de Diputados, y miembro del PDL de Berlusconi, en una carta publicada por el periódico La Stampa , se preguntó si es oportuno ofrecer el país como escenario de shows .
Reacción similar tuvo el presidente de la región de Venecia, Luca Zaia, alto responsable de la Liga Norte, partido aliado de Berlusconi. “Que Gadafi vaya a hacer en su casa sus llamados a la conversión. No me gustó nada su proselitismo de la islamización”, declaró al diario Mattino di Padova .