La quinta cumbre de potencias industrializadas y emergentes se abrió con una cena ofrecida por el presidente surcoreano Lee Myung-bak.
La polémica por la “guerra de divisas”, que implica en principio a Estados Unidos y China por la infravaloración del yuan, ha acentuado las diferencias entre los miembros del grupo, que está lejos de la cohesión exhibida en su primera cumbre de 2008 en Washington, en el apogeo de la crisis financiera mundial.
“Si ellos (los países desarrollados) no consumen y quieren apostar solo a las exportaciones (como mecanismo para salir de la crisis), el mundo va a la quiebra”, dijo Lula, para señalar que el comercio mundial depende del consumo en las naciones industrializadas.
“Los países emergentes no soportan ser responsables por el consumo y por la producción al mismo tiempo”, agregó.
El debate sobre las intervenciones para depreciar las monedas e impulsar las exportaciones propias se tensó más tras la decisión tomada por la Reserva Federal, el banco central estadounidense, de inyectar 600.000 millones de dólares en el circuito financiero, con el fin de depreciar el dólar y de dinamizar el consumo.
Este anuncio despertó fuertes críticas de China, Alemania y Brasil porque debilita la cotización del dólar.
Tanto el presidente Barack Obama a su llegada a Seúl el miércoles, como su secretario del Tesoro, Timothy Geithner, ayer, defendieron que Estados Unidos adopte medidas para alentar el consumo interno en una economía que no logra crear empleos.
“Una recuperación fuerte que crea puestos de trabajo, ingresos y consumo, es la contribución más importante que Estados Unidos puede hacer para la reactivación global”, expresó Obama en una carta a sus pares del G-20.
En medio de las evidentes divergencias sino-estadounidenses, el presidente chino Hu Jintao prometió a Obama incrementar el diálogo y la cooperación con Estados Unidos, en un encuentro bilateral.
“China está dispuesta a trabajar con Estados Unidos para mejorar el diálogo, los intercambios y la cooperación, de manera que la relación mutua avance”, declaró Hu.
Según Hu, la revaluación del yuan se hará “en forma ineluctable”, pero necesita un “entorno externo muy favorable”. “Solo podrá ser aplicada en un plan progresivo”, indicó un vocero chino al divulgar la reunión.