Abiyán. AFP Las fuerzas del presidente marfileño reconocido por la comunidad internacional, Alassane Ouattara, se acercaron ayer a Abiyán, declararon el toque de queda y cerraron las fronteras, mientras el jefe de Estado saliente, Laurent Gbagbo, cada vez más amenazado, guardaba silencio sobre sus intenciones.
Los hombres de Ouattara entraron ayer en la localidad de Aboisso, 110 km al este de Abiyán, cerca de la frontera con Ghana, indicaron varios habitantes.
Las fronteras marfileñas están cerradas “hasta nueva orden”, anunció en un comunicado el gobierno de Alassane Ouattara, que no está en ejercicio debido a la disputa del poder.
“Las fronteras terrestres, aéreas y marítimas están cerradas hasta nueva orden”, indicó el ministro del Interior de Ouattara, Hamed Bakayoko, quien llamó a los marfileños al “estricto respeto” de esta medida y a la serenidad.
Asimismo, un toque de queda también fue instaurado en Abiyán por la noches desde ayer jueves hasta el domingo, había anunciado antes Anne Ouloto, portavoz del presidente marfileño electo.
“Las milicias de Gbagbo (el presidente saliente que se niega a dejar el poder) saquean y aterrorizan a la población. Por lo tanto hay que poner las cosas en orden, terminar con este desorden”, afirmó.
Por su parte, las fuerzas de Naciones Unidas en Costa de Marfil (Onuci) tomaron ayer el control del aeropuerto de Abiyán, indicó un funcionario de la ONU.
“El comandante en jefe del aeropuerto de Abiyán, que tenía bajo su cargo a 100 soldados, entregó de manera pacífica el control del aeropuerto a las fuerzas de la Onuci”, dijo el funcionario.
La Casa Blanca instó a Gbagbo a dejar el poder, poco antes de que expire un ultimátum impuesto por su adversario, Alassane Ouattara para que acate la decisión popular, expresada en las elecciones de noviembre.
Según Guillaume Soro, primer ministro de Ouattara, Gbagbo tenía “hasta las 07:00 (local) de anoche, para renunciar”.