El conflicto sirio se ha militarizado más en los últimos meses al unirse desertores del ejército a los insurgentes alzados contra el régimen del presidente Bashar Asad y formar una fuerza guerrillera. Como contrapartida, el gobierno ha centrado sus mejores unidades y armas en los bolsones de resistencia en que se han atrincherado los desertores.
Las ONU calculó en enero que por lo menos 5.400 personas han muerto en la represalia, incluyendo soldados que desertaron y los que se negaron a obedecer las órdenes de disparar a los civiles.
Empero, la ONU no ha podido precisar esas estadísticas desde entonces debido al caos reinante en el país.
Hoy la organización Human Rights Watch, con sede en Nueva York, emitió un informe en el que dijo haber documentado por lo menos 12 casos de detención de menores bajo condiciones "inhumanas y torturas, al igual que niños abatidos a tiros en sus casas o en la calle".
"Los niños no se han librado del horror de la represión en Siria", dijo Lois Whitman, directora del departamento de menores de Human Rights Watch. "Las fuerzas de seguridad sirias han matado, detenido y torturado niños en sus casas, sus escuelas o en las calles. En muchos casos, las fuerzas de seguridad se han centrado en los niños de la misma forma que se han centrado en los adultos".
Por otra parte, los enfrentamientos en el sur de Siria dejaron hoy al menos un soldado muerto y cinco heridos, dijeron los activistas.
Los enfrentamientos ocurrieron por la mañana en el poblado de Jassem, provincia sureña de Daraa, afirmó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, con sede en Gran Bretaña.