“La política fiscal debería ser calibrada adecuadamente, de forma que favorezca el crecimiento en la medida de lo posible”, dijo el Comité Financiero y Monetario Internacional (CMFI), que define las orientaciones políticas del Fondo.
El Comité, que agrupa 25 países de los 188 del FMI, dio así una de cal y otra de arena ante la controversia causada por la sugerencia de su directora general, Christine Lagarde, de que había que dar más tiempo a Grecia, España y Portugal.
“No hay alternativa para la reducción de la deuda”, explicó el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schauble. “Se puede hablar de ritmo, pero no del objetivo final”, añadió.
Los países emergentes ya están siendo afectados por la desaceleración del crecimiento mundial, pero el coste del ajuste en Europa, de la falta de acuerdo político en Estados Unidos o de la morosidad en Japón también afecta a los propios países avanzados, constató el Fondo.
“Las economías avanzadas deberían aplicar reformas estructurales necesarias y planes fiscales creíbles. Las economías emergentes deberían preservar o flexibilizar sus políticas como corresponda para facilitar una respuesta a los golpes adversos y apoyar el crecimiento”, explicó el FMI .