“Si las economías avanzadas sucumben a la recesión, los mercados emergentes no escaparán ilesos. Nadie escapará. El reequilibrio redunda en interés mundial, pero también en el interés nacional”, advirtió Lagarde en su primer discurso oficial en Washington.
“Si no se toman medidas colectivas y enérgicas, existe un riesgo real de que las principales economías retrocedan en lugar de avanzar”, explicó en el centro de análisis Woodrow Wilson.
Para la funcionaria, la crisis de la deuda en la zona euro se ha agudizado, Estados Unidos sigue inmerso en un debate interno sobre la dirección por seguir para reactivar el empleo y los países emergentes, que tiran de la economía mundial, sufren de recalentamiento.
En los países ricos, “el magro crecimiento y los balances débiles de los Gobiernos, las instituciones financieras y los hogares interactúan negativamente, y eso genera una crisis de confianza y reprime la demanda, la inversión y la creación de empleo”, agregó, a una semana de la Asamblea Anual del Fondo y el Banco Mundial.
Los países pobres siguen siendo también “muy vulnerables a los trastornos económicos en el resto del mundo, como la volatilidad de los precios de las materias primas y sus elevados costos sociales”, dijo.
La exministra de Finanzas francesa se mostró alentada por la conversación el miércoles que mantuvieron los líderes de Grecia, Francia y Alemania, ante el persistente nerviosismo de los mercados.
Los grandes bancos centrales decidieron reforzar el suministro de liquidez en dólares al mercado financiero, en el marco de una acción concertada, anunció este jueves el Banco Nacional Suizo (BNS).
La iniciativa está coordinada por el BNS, el Banco de Inglaterra, el Banco de Japón, el Banco Central Europeo y la Reserva Federal de Estados Unidos. Paralelamente, Brasil lanzó la idea de una acción coordinada que pasaría por un aporte al Fondo Monetario o de los países denominados BRICS (que incluye a Rusia, India, China y Sudáfrica) para comprar deuda europea.