“Roméo Langlois vestía prendas militares del Ejército regular en medio de un combate. Creemos que lo mínimo que puede esperarse para la recuperación de su plena movilidad es la apertura de un amplio debate nacional e internacional sobre la libertad de informar”, señaló el mando central de la guerrilla en un comunicado del 3 de mayo, enviado a los medios.
Esta es la primera declaración que hace la máxima dirección de las FARC sobre Langlois, quien quedó en poder de la guerrilla cuando realizaba un reportaje en Caquetá sobre operativos antidrogas para la televisora France 24 y la patrulla militar con la que se desplazaba fue atacada por rebeldes.
De 35 años, el periodista fue herido en un brazo en medio del combate y se habría entregado a los guerrilleros, ante los cuales se identificó como civil luego de quitarse el chaleco antibalas y el casco que le había proporcionado el Ejército, según testimonios de soldados que lo acompañaban.
El comunicado señala que Langlois es “prisionero de guerra” y critica que los periodistas que lleva consigo el Ejército no son imparciales al informar sobre la realidad y la manipulan “para que sirva al proyecto de guerra contra el pueblo colombiano”.
El condicionamiento de la libertad de Langlois fue rechazado de inmediato por los principales medios de comunicación colombianos en editoriales de sus noticieros.