En Yathreb, un pueblo de la provincia de Salaheddin a unos 70 kilómetros al norte de la capital, tres niños de entre 9 y 11 años murieron cuando iban a la escuela, al estallar una bomba escondida a un lado de la carretera, indicaron la Policía y una fuente médica de Balad, la ciudad más cercana.
En Ash-Sharqat, una ciudad a 290 kilómetros al norte de Bagdad, dos empleados de los servicios públicos agrícolas murieron al explotar una bomba lapa fijada en su automóvil, cuando iban a su trabajo, indicaron la Policía y otra fuente de seguridad.
En Saadiya, en la provincia de Diyala (centro), el coronel Hasan Alí murió y tres de sus guardaespaldas resultaron heridos ayer por la mañana al explotar una bomba al paso de su convoy, según el centro de operaciones de comando de Bakuba, capital de la provincia. El alcalde de la ciudad, Ahmed al-Zarkushi, confirmó el ataque.
Por la noche, dos soldados murieron por disparos de hombres armados en un retén de control en Mosul (350 kilómetros al norte de Bagdad), indicó el teniente primero Mohamed al-Juburi y un oficial de policía que pidió el anonimato.
El lunes, una serie de atentados, varios de ellos contra peregrinos chiitas, se cobraron 17 muertos en Irak. Los atentados se producen en el marco de una crisis política en el país, que ha atizado la tensión entre confesiones.
La situación empeoró después de la retirada del territorio iraquí de las tropas de Estados Unidos a finales del mes pasado.