Autoridades en Guatemala advirtieron hace dos meses el riesgo de hundimientos en la zona donde el sábado se abrió un hoyo de 21 metros de diámetro, en un área residencial de la capital.
Un informe de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred), remitido a la Municipalidad de Guatemala, alertó de hundimientos, fisuras en viviendas y fugas en los sistemas de drenajes, tanto pluviales como sanitarios, en el área donde este hoyo se tragó una casa de tres pisos y donde murió un hombre.
El documento consigna que en la colonia Ciudad Nueva (Zona 2) hay un predio municipal, utilizado para depositar ripio y asfalto, que genera tránsito de maquinaria pesada. Esto ha causado daños a inmuebles, así como la destrucción paulatina y fugas en los sistemas de agua potable y en las cañerías subterráneas.
El estudio se hizo a pedido de habitantes afectados de la zona, quienes en múltiples ocasiones trasladaron su descontento al alcalde municipal, Álvaro Arzú, sin que este diera cita a los vecinos, según dijo ayer la prensa local.
Además, un boletín divulgado ayer por Conred concluye que este hundimiento es producto de una carga excesiva de agua en el terreno debido a las lluvias originadas por la tormenta tropical
El boletín también plantea una posible conexión entre la excesiva recarga del sistema de drenajes y el ingreso de arena volcánica al cauce tras la erupción del volcán Pacaya, el jueves.
Conred prevé emitir hoy un informe sobre capacidades de soporte de la tierra, incidencia del hoyo en zonas aledañas, condición del sistema de drenajes y, sobretodo, el diseño de la obra civil.
En particular, se busca precisar el estado de la red subterránea de aguas (cuya antiguedad ronda los 36 años) para ver si es posible o no reconstruir en la zona.
Wilfredo Rojas Quesada, geólogo costarricense de la Red Sismológica Nacional, explicó que Guatemala está sobre un altiplano de suelos y materiales volcánicos muy porosos y susceptibles a la erosión del agua, en particular si por ellos corren alcantarillas con fugas.
“Cuando el agua se filtra en esta clase de suelos, también se empieza a socavar por dentro este terreno altamente boronoso y comienza una erosión vertical que se incrementa en períodos lluviosos y puede formar socavaciones cilíndricos como en este caso”, explicó Rojas.
Así, lo que en la superficie se ve como el suelo es en realidad el “techo” de una cavidad o galería formada por la erosión subterránea. Ese “techo” se desploma cuando el peso sobre él es insoportable.
Rojas agregó que ese tipo de circunferencias se producen con frecuencia cuando convergen en un mismo punto flujos de alcantarillado y aguas superficiales (las que van por las cunetas) que se encuentran muchas veces en los cruces de las cuadras; como en este caso.
Sergio Mora Castro, geólogo costarricense y especialista en gestión del riesgo apuntó que, si como indica Conred se mezcló material volcánico en el agua que corre a presión por tuberías subterráneas, esas corrientes adquieren un mayor poder erosivo que desgasta más el terreno o puede conducir al colapso de alguna vía de desague.
“Si además del mayor nivel del agua hay cenizas, el flujo se hace más abrasivo. Esto es un proceso geológico e hidráulico pero sobretodo es un proceso de gestión humana en materia de drenajes y evacuación de aguas”, enfatizó Mora.
En febrero del 2007, un hundimiento similar ocurrió a dos kilómetros del actual. En esa ocasión, murieron tres personas.