Río de Janeiro. AFP. Las favelas de Río de Janeiro se parecen mucho a los barrios de Puerto Príncipe: casas precarias, saneamiento escaso y violencia asociada a la falta de oportunidades.
Con la experiencia de estabilizar Haití a cuestas, los militares brasileños que ocuparán el Complexo do Alemao, al norte de Rio, saben que esta nueva misión será mucho más difícil.
“En Haití enfrentamos pandillas que no eran tan estructuradas en términos de poder de fuego, de osadía, en términos numéricos”, como los grupos criminales que controlan algunas de las mayores barriadas pobres de Río, explicó el general Fernando Sardenberg, quien comanda la Brigada de Paracaidistas de Infantería que apoya el accionar policial en el lugar.
De los 800 miembros del operativo en Río, 60% estuvieron en Haití, cumpliendo tareas de seguridad pública, entre otras el patrullaje de la capital, Puerto Príncipe.
El “Alemao”, compuesto por 15 favelas, está bajo control del Estado desde el domingo, cuando la Policía invadió el lugar con apoyo militar, en busca de cientos de narcotraficantes que habían desatado una ola de incendios de vehículos y ataques a puestos policiales.