El anuncio de Morales desbloqueó una tensa situación que se presentó desde el miércoles, cuando centenares de indígenas llegaron a La Paz a la espera de un diálogo que se frustró hasta en tres oportunidades el jueves, y finalmente se concretó ayer.
La decisión de cancelar el tramo carretero debe ser refrendada por el Congreso, donde Morales dispone de una abrumadora mayoría.
Adicionalmente “se declara al Tipnis como zona intangible”, según dijo el mandatario, lo que refuerza su calidad de área protegida donde no podrán encararse otros proyectos económicos.
Morales indicó, asimismo, que cualquier “asentamiento u ocupación por personas ajenas” a esa zona protegida “será pasible de desalojo con intervención de la fuerza pública”.
Aunque los indígenas consiguieron, aun sin hablar con el mandatario, que este acogiera su demanda, el anuncio de Morales fue recibido con cautela por la dirigencia indígena.
“Tenemos que hablar con el presidente, estableceremos en esa conversación las reglas del juego para entrar al diálogo y después de eso vamos a analizar de manera conjunta. Por lo tanto, siguen los 16 puntos (de sus demandas) en vigencia”, dijo Fernando Vargas, uno de los líderes de la protesta.
Los indígenas tenían, como principal demanda, anular la construcción de un tramo de 177 km de carretera que pasa por la reserva, de un total de 306 km, financiada por un crédito brasileño.
Los indígenas también piden, entre otros puntos, paralizar las actividades hidrocarburíferas en el Parque Aguarage (sur del país), que provee el 80% de la producción nacional de gas, y que el Gobierno les reconozca el derecho de recibir compensación de la mitigación de gases de efecto invernadero. El Gobierno ha señalado que no puede atender esos pedidos.
El reciente giro de la situación fue recibida con optimismo por el defensor del Pueblo, Rolando Villena, quien felicitó al presidente por haber “tomado una decisión tan sabia, porque termina así una larga jornada de espera y de tensiones y también de sufrimiento de los marchistas”.
En Santa Cruz, donde indígenas amazónicos habían instalado también una vigilia, el anuncio fue recibido con entusiasmo, considerándolo una “derrota de Evo”.
La popularidad de Morales había disminuido previamente cuando promulgó un impopular aumento de las gasolinas en más del 70% en diciembre pasado. También viene de soportar un traspié electoral en los recientes comicios populares para elegir magistrados, donde triunfó el voto nulo.
En este caso, la represión policial a indígenas el pasado 25 de setiembre le generó un altísimo costo político al presidente, que vio en cambio cómo la población apoyó a los indígenas, recibidos el miércoles como héroes en La Paz.