Madrid. AP. La Unión Europea exigió ayer a España un plan claro para sanear su problemático sector financiero y advirtió que las dudas sobre la solvencia de la banca están detrás de la reciente inestabilidad de los mercados y la escalada de los costos de financiación del país.
La vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría viajó a Washington para reunirse con el secretario del Tesoro estadounidense, Timothy Geithner, en un intento por defender las reformas económicas emprendidas por España.
El portavoz del Fondo Monetario Internacional (FMI), Gerry Rice, aseguró que España no ha pedido ningún rescate financiero y que el organismo tampoco tiene uno preparado en caso de que ocurra.
El portavoz de la Comisión Europea, Amadeu Altafaj, dijo que el Gobierno conservador necesita presentar un plan creíble para recapitalizar la entidad nacionalizada Bankia y evaluar la salud del resto del sector, sobreexpuesto a activos de la construcción devaluados y tóxicos tras el pinchazo de la burbuja inmobiliaria.
El Gobierno anunció la nacionalización de Bankia el 10 de mayo y estimó en 19.000 millones de euros ($23.900 millones), más del doble de lo inicialmente previsto, la inyección de dinero público que necesitará para sanear su balance.
La desconfianza en Bankia y el resto del sector financiero encendió las alarmas en Europa, que se pregunta si España, cuarta economía de los 17 miembros de la eurozona, será el próximo país rescatado tras Grecia, Irlanda y Portugal.
Algunos expertos estiman que el sistema financiero español requiere ayuda adicional que podría oscilar entre $60.000 y $160.000 millones. España dispone de $6.200 millones en el fondo estatal de rescate para ayudar a sus bancos.