Venner, historiador, ensayista y militante de la ultraderecha desde hace más de 50 años, se mató de un disparo delante del altar del templo. Ayer mismo había explicado en su blog que los opositores a la ley del matrimonio para todos, promulgada el sábado en Francia, no podían “limitarse al rechazo del matrimonio gay” y que el verdadero “peligro” es “el gran reemplazo de la población de Francia y de Europa”, una alusión aparente a la inmigración extraeuropea.
La dirigente del partido ultraderechista Frente Nacional, Marine Le Pen, reaccionó de inmediato en su cuenta de Twitter, al expresar su “respeto” por Venner y calificar su gesto de “eminentemente político”, en un intento de “despertar al pueblo de Francia”.
Monseñor Patrick Jacquin, rector de la catedral de París, precisó que Venner depositó una carta en el altar antes de suicidarse. La Policía encontró su documento de identidad, que llevaba consigo. Un suicidio en este lugar, visitado por miles de turistas, es “algo sin precedentes”, según el obispado y el ministro del Interior, Manuel Valls.