La primera audiencia pública de la catástrofe ecológica apuntó a problemas de seguridad en las plataformas y de rigor en el ejercicio del control gubernamental.
El presidente del Comité de Energía del Senado, Jeff Bingaman, dijo que la explosión de la plataforma operada por British Petroleum (BP), propiedad de Transocean y en la que Halliburton trabajó como subcontratista, obedece probablemente a una “cascada de errores técnicos, humanos y de las regulaciones”.
Los ejecutivos de BP, Transocean y Halliburton, que declararon bajo juramento, insistieron en que es pronto para conclusiones, pero, aun así, no dudaron en culparse entre sí por la explosión de la plataforma el 20 de abril.
Se calcula que unos 800.000 litros diarios de crudo, alrededor de 5.000 barriles, fluyen cada día al Golfo desde entonces.
Los colosos de la industria petrolera fueron confrontados en dos audiencias separadas para repasar los hechos en la plataforma Deepwater Horizon, cuya explosión dejó 11 empleados muertos.
Lamar McKay, jefe de la filial estadounidense de BP, operador de la plataforma en concesión, manifestó que el propietario, Transocean, es responsable por la avería de una válvula clave de la estructura que no funcionó, lo cual impidió retomar el control del pozo tras la explosión.
De su lado, el titular de Transocean, Steven Newman, dijo que cuestionar la válvula de 450 toneladas “no tiene ningún sentido”.
“Todos los proyectos de producción de petróleo en el mar son, de principio a fin, responsabilidad de quien los explota”, dijo Newman, que involucró al gigante de servicios petroleros Halliburton, al señalarlo responsable por no sellar bien el pozo luego de unos trabajos realizados con concreto.
Ante la creciente presión pública y debido al reciente derrame, ayer el Gobierno de EE.UU. anunció que canceló cinco concesiones de exploración petrolera en Alaska y que cambiará las agencias federales de vigilancia de la industria.
El anuncio lo hizo el secretario del Interior, Ken Salazar, quien indicó que se va a establecer “un proceso sustentado en la ciencia para la determinación de las áreas apropiadas para la perforación petrolera” en la plataforma continental exterior de Estados Unidos.
A tres semanas del inicio de este período en la región, el derrame de petróleo sigue sin control y la mancha de crudo se extiende frente a las costas de varios estados del sureste estadounidense.
En abril, el último pronóstico del equipo de huracanes de la Universidad del estado de Colorado indicó que hay 44% de probabilidad de que un huracán ingrese al golfo de México, un riesgo mayor este año al 30% promedio.