Caracas. AFP. Los trabajadores de la televisora Globovisión coinciden en que las recientes acciones judiciales contra sus directivos tienen un solo fin: acabar con este canal, el más crítico de Venezuela. Y pese a la incertidumbre por su futuro, dicen estar dispuestos a resistir “hasta el final”.
El último episodio de una larga serie de conflictos entre el gobierno de Hugo Chávez y Globovisión arrancó hace dos semanas, cuando un tribunal de Caracas dictó una orden de aprehensión contra el presidente de la estación, Guillermo Zuloaga, y uno de sus hijos.
La decisión judicial se refiere a un caso de presunta “usura” por el que el empresario fue imputado en el 2009.
“La orden de captura contra Zuloaga y su hijo es algo muy duro para la familia de Globovisión”, declaró María Fernanda Flores, una de las directoras de este canal en el que trabajan unas 450 personas.
Directivos y trabajadores de Globovisión temen que el objetivo final del Gobierno sea cerrarlo y que se repita el caso de RCTV.
“La situación es bastante tensa. Estamos todos bajo una gran zozobra porque no sabemos lo que puede ocurrir”, comentó Carolina Alcalde, periodista de Globovisión.
“Hay muchísima incertidumbre”, agregó, por su parte, la reportera Beatriz Adrián. “Desde hace tiempo hay tantas amenazas sobre el canal, aunque esta es una de las más fuertes porque va directo a la cabeza de nuestra empresa”, comentó la comunicadora.
Zuloaga, quien permanece prófugo junto a su hijo, declaró telefónicamente a Globovisión en estos días que no se entregará a la justicia porque considera que tanto él como el canal son víctimas de “la injusticia y persecución del gobierno de Chávez”.