Riad
De Yakarta a Túnez, pasando por Mosul, este sábado empieza para 1.500 millones de musulmanes el ramadán, mes sagrado de ayuno y rezos.
Durante 29 o 30 días, los creyentes se abstendrán de comer, beber, fumar y tener relaciones sexuales desde el alba hasta el atardecer, cuando romperán el ayuno con un banquete, normalmente abundante.
Muchos creyentes hacen grandes compras de alimentos para el banquete que se toma en familia o entre amigos durante el mes santo.
Sin embargo, en muchos países, especialmente de Oriente Medio, la violencia o las dificultades económicas ensombrecen las celebraciones de este año.
En Libia, el inicio del ramadán coincidió con un repunte de la violencia en Trípoli, donde el viernes los grupos rivales intentaron recuperar sus posiciones en el centro de la ciudad. El balance de las autoridades es de 28 muertos mientras que las fuerzas leales al Gobierno de Unión Nacional (GNA) lamentaron 52 bajas entre sus filas.
Para los habitantes del oeste de Mosul, el inicio del mes santo no supone ningún respiro, después de que las fuerzas iraquíes anunciaran este sábado haber lanzado una ofensiva simultánea sobre varios barrios que todavía están controlados por los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI).
En Yemen, el emisario de Naciones Unidas, Ismail Uld Sheij Ahmed, no consiguió que los rebeldes chiitas hutíes y las fuerzas gubernamentales hicieran una tregua con motivo del ramadán .
El inicio del ramadán también sumergió a Egipto en el luto tras un atentado reivindicado por el EI la noche anterior. En este caso, el objetivo eran los cristianos coptos y murieron 29 personas en la ciudad de Menia (centro).