En Argelia, el primer ministro Abdelmalek Sellal aseguró que los integrantes del comando islamista que tomó un enorme número de rehenes en una planta de gas en el desierto (episodio que terminó con la muerte de 38 secuestrados), habían “venido del norte de Malí”.
Los 2.150 soldados franceses de la Operación Serval, que ya están desplegados en Malí consolidaron además sus posiciones en Niono y Sevare, dos puntos estratégicos a varios cientos de kilómetros al noreste de Bamako.
Ayer, luego de una reunión extraordinaria de ministros, el Gobierno anunció la decisión de extender por tres meses el estado de emergencia, en vigor desde el 12 de enero, para “asegurar el buen desarrollo de las operaciones militares para la liberación de las regiones ocupadas del país”.
De acuerdo con el Gobierno, el estado de emergencia también es necesario para “mantener un clima social sereno”.
Niono, a 350 km al noreste de Bamako, está a 60 km de Diabali, una localidad tomada el 14 de enero por los islamistas que, según el Ejército maliense, fue abandonada en parte tras los intensos bombardeos de la aviación francesa.
El lunes, una columna de unos 30 vehículos blindados en la que había unos 200 soldados malienses y franceses entró en la ciudad de Diabali sin encontrar resistencia, detalló un periodista de la AFP que acompañaba a los militares.
La población de Diabali saludó la llegada de los soldados, justo una semana después de que la localidad cayó en manos de los combatientes islamistas.
Mientras muchos jóvenes usaban sus teléfonos celulares para tomar fotografías de los “libertadores”, los soldados franceses y malienses iniciaron operativos para detectar eventuales minas antipersonales, y tratar de localizar escondrijos de armas y municiones.
En París, el ministro francés de Defensa, Jean-Yves Le Drian, anunció también la toma de Douentza, sita a unos 800 kilómetros al noroeste de Bamako.