Srinagar, India. AP Soldados indios patrullaban hoy las principales ciudades de Cachemira en medio de tensiones y un toque de queda, en un despliegue de fuerza para sofocar protestas callejeras cada vez más violentas.
Los patrullajes militares en Srinagar, la principal ciudad de Cachemira, y en Baramulla, otra población importante, fueron llamados por primera ocasión en dos décadas para asistir a la policía y contener los desórdenes civiles que han dejado varios muertos en el conflictivo territorio himalayo.
Los recientes hechos de violencia durante las manifestaciones contra el dominio de India en Cachemira incrementaron las preocupaciones de que la situación pueda salirse de control.
“Hemos salido para apoyar la maquinaria del Estado. Estamos listos para movilizarnos a donde sea y en el momento que sea”, dijo el portavoz del ejército, coronel Vinit Sud, en Srinagar.
Las protestas habían aumentado su estridencia en las últimas semanas y los residentes acusan a las fuerzas del gobierno de haber matado al menos a 15 personas durante las manifestaciones. Ante la racha de disturbios, las autoridades impusieron un toque de queda en la mayoría de las regiones de Cachemira.
Desde 1989, al menos una decena de grupos armados luchan por la independencia de Cachemira o su anexión a Pakistán.
Al menos 68.000 personas, en su mayoría civiles, han muerto en el conflicto, el cual en los últimos años se ha transformado de una insurgencia armada a manifestaciones callejeras.
Miles de efectivos de las fuerzas de seguridad vigilaban hoy el cumplimiento del toque de queda, que obliga a la gente a permanecer en su casa. Los militares levantaron barricadas y tendieron alambre de púas.
La mayoría de las calles en Srinagar y otras localidades estaban desiertas en tanto que las escuelas, oficinas, tiendas y establecimientos comerciales continuaban sin abrir sus puertas.